El acompañamiento sí salva vidas: La historia de Carlos, y su padecimiento de diabetes

Carlos Vázquez es originario de Pequeñez, Chiapas, cerca de la comunidad de Salvador Urbina. A sus 67 años, sigue trabajando en su plantío de café, maíz, y frijol, a unos metros de su casa; él se ha dedicado a plantar estos alimentos con cariño y dedicación durante toda su vida.

Sin embargo, él recuerda cómo enfermó hace 23 años. “Comenzó con un dolor de cabeza que me aguanté al principio, pero después se fue haciendo más constante…pronto vinieron más malestares,” comenta Carlos. En las siguientes semanas comenzó a tener ganas muy frecuentes de orinar durante el día y noche, y estaba bajando de peso de una manera drástica y preocupante.

Fue entonces que acudió al doctor. Era el año 2000, y en ese entonces no había muchos médicos cerca de su vivienda, por lo que tuvo que acudir a un consultorio privado a algunas horas de su casa. Allí le hicieron una prueba de glucosa, donde estaba elevada a 500 mg/dl, mientras que lo saludable para un hombre de su edad es un valor menor a 99 mg/dl.

Carlos fue diagnosticado con diabetes y se le prescribieron medicamentos, sin embargo, estos implicaban un costo aproximado de $2,500 MXN al mes. Él continuaba trabajando duro, pero tenía una familia que mantener, y sus ganancias plantando café, maíz y frijol no daban lo suficiente para poder costear consistentemente su tratamiento. Carlos tomaba sus medicamentos, pero de una forma irregular – mantener su salud estable era un lujo.

Cinco años después de su diagnóstico, comenzó a agravarse y empeorar debido a su padecimiento. “Me puse muy débil, mi familia me llevó al hospital, no sabíamos lo que iba a pasar, pensábamos que ya estaba dando las últimas.” Carlos fue hospitalizado durante 20 días, y afortunadamente logró recuperarse, pero esta no es la historia de muchas otras personas.

México tiene el segundo lugar en prevalencia de diabetes en América Latina, con un 18.3% de la población padeciendo de esta enfermedad. La diabetes también es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, derrames cerebrales y amputación de miembros inferiores, además de que durante 2021, causó 140,729 muertes en el país.

Los cuidados para tratar una enfermedad crónica no sólo dependen de la toma de medicamentos, sino de soluciones multidimensionales que incluyan educación acerca de la enfermedad y sus efectos, un cambio en el estilo de vida, cuidados centrados en los pacientes, y un sistema que cubra correctamente sus necesidades.

Hoy en día, Carlos se encuentra estable en su padecimiento.

En 2014, cuando Compañeros En Salud llegó a la comunidad de Salvador Urbina, Carlos comenzó a acudir a las consultas gratuitas que ofrece la clínica, y desde hace 5 años recibe seguimiento en su tratamiento por parte del programa de Acompañantes.

Las Acompañantes (también conocidas como Trabajadoras Comunitarias de la Salud) son mujeres de las comunidades donde trabaja Compañeros En Salud, que reciben capacitaciones, supervisión y mentoría en torno a enfermedades crónicas, enfermedades respiratorias y atención durante el embarazo. Durante los diez años que ha existido este programa, las Acompañantes han demostrado una increíble capacidad para cuidar de los usuarios, aconsejarles, brindar información y mantener el apego al tratamiento.

Cada 2 semanas, Carlos recibe la visita de Irma, una de las Acompañantes de Salvador Urbina, quien revisa sus niveles de glucosa y presión arterial, lo motiva a continuar con su tratamiento, resuelve sus dudas y trae sus medicamentos cuando se le han terminado. “Yo no sé dónde estaría yo si no viniera Irma a visitarme, a lo mejor ya me hubiera descontrolado otra vez y me hubiera muerto,” comenta Carlos, “ella viene cuando me siento mal, me aconseja con mi alimentación…me siento feliz.”

Se ha demostrado que sus intervenciones tienen como resultado mejoras significativas en la salud de los pacientes con enfermedades crónicas. Hoy en día 63% de los pacientes con diabetes atendidos por Acompañantes en Compañeros En Salud se encuentran controlados, y 72.2% de los que tienen hipertensión arterial también han mantenido sus niveles bajo control, tras más de 22,121 visitas domiciliarias realizadas por estas heroínas.

“Yo sé que tengo una enfermedad y que no se me va a quitar,” confiesa Carlos, “pero también he podido seguir haciendo mi vida, me voy a ver a mis hijos y nietos… yo agradezco que las Acompañantes me vengan a visitar, porque de verdad me han ayudado a mejorar.”


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