Accesibilidad en salud en la sierra de Chiapas: Llevando vacunas contra COVID-19 a poblaciones olvidadas
A inicios de 2021, comenzaron las campañas de vacunación contra COVID-19 en México. Una gran noticia para el país, pero algo que – como en la mayoría de los servicios de salud – significaba rezago para los pueblos más remotos y vulnerables.
Después de haber enfrentado varias olas de contagio, de haber visto fallecer a padres, hermanas, tías o abuelos, y de encontrarse con la incertidumbre y el miedo, muchas comunidades rurales con las que Compañeros En Salud trabaja, finalmente encontraron una pizca de esperanza. Las vacunas contra COVID-19 al fin estaban llegando a estos lugares desprovistos de atención, y muchas veces olvidados; sin embargo, no fue nada sencillo lograr esta importante labor en la sierra de Chiapas.
Todo comenzó cuando la Dra. Ana Laura Rodríguez, Coordinadora de Prevención y Control de Infecciones en Compañeros En Salud, recibió una llamada por parte de las Jurisdicciones Sanitarias IV y X: la organización recibiría un total de 2,000 monodosis de vacunas CanSino para ser aplicadas en 10 comunidades rurales.
El reto: Tenían 7 días para organizar toda una campaña de vacunación, incluyendo logística, personal y cadena de frío, algo que en condiciones normales toma meses de planeación.
Una tarea conjunta
“Generalmente se piensa que para una campaña de vacunación se requiere únicamente personal clínico,” dice Mineo Yanome, Jefe de Operaciones en Compañeros En Salud, “pero por una persona clínica que se necesite, se requieren cuatro personas más de soporte, entre conductores, gestores comunitarios, personal de apoyo, etc.”
Muchos miembros del personal de Compañeros En Salud tuvieron que poner en pausa sus actividades usuales con muy poco tiempo de anticipación para lograr esta importante misión. Esto no fue un problema para quienes participaron, ya que muy rápidamente el personal se comprometió con esta tarea que traería tranquilidad y protección a familias enteras.
Entre personal de enfermería, pasantes de medicina, auxiliares de clínica, conductores y voluntarios, alrededor de 60 miembros de Compañeros En Salud participaron en esta campaña, que no sólo cubrió las 10 comunidades en las que trabajamos, sino que se extendió en otras 2 comunidades de influencia.
Para pasar la voz sobre lo que sucedería en los siguientes días, Sandra Vázquez, Gestora Comunitaria en Compañeros En Salud, lideró la difusión de información mediante mensajes voceados a lo largo y ancho de las calles de las comunidades, carteles informativos en distintos puntos de interés, y un recorrido casa por casa para conocer la opinión y dudas de las comunidades acerca de la vacuna.
La aceptación a las vacunas fue sin duda un reto para el equipo de Compañeros En Salud. “Una gran sorpresa fue que la estigmatización era mucho más fuerte de lo que creíamos,” comenta Sandra, “algunas personas no querían vacunarse porque tienen conocidos que no han podido trabajar por algunos días por el dolor en el brazo, o malestar de la vacuna.” Y es que dejar de trabajar siquiera un día en la sierra de Chiapas, supone una pérdida de recursos económicos que afectan a la familia entera.
Sandra también ha notado cómo los mitos alrededor de la pandemia están a la orden del día, y surgen nuevas historias cada cierto tiempo. En varios pueblos se dice que la vacuna es el sello de la bestia, una marca del apocalipsis, o una conspiración para esterilizar a las personas. Tampoco es raro que las personas desconfíen del gobierno, ya que se trata de comunidades que han sido violentadas sistemáticamente durante décadas.
Un elemento clave para la difusión de información acerca de la vacuna, fueron las Acompañantes de las distintas comunidades, que se encargaron de diseminar el mensaje, fechas y horarios de vacunación en las comunidades aledañas a las clínicas donde trabaja Compañeros En Salud. Ellas también dan seguimiento a los casos sospechosos de COVID-19 y brindan recomendaciones a la población para protegerse mejor durante la pandemia.
La desigualdad mata
Según el Dr. Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud en México, la letalidad por COVID-19 es 50% mayor en zonas rurales, comparado con áreas urbanas. Esto es debido a la desigualdad social, la falta de acceso a servicios de salud especializados, la pobreza y las largas distancias que las personas tienen que recorrer para siquiera lograr llegar a una clínica de atención primaria.
Durante julio de este año, en la zona frailesca de Chiapas se vivieron los estragos de la tercera ola de contagios por COVID-19, situación que llevó al Centro de Enfermedades Respiratorias de Jaltenango al 80% de su capacidad. Es posible que de haber tenido acceso a vacunas en la zona meses atrás, estos números se hubieran reducido de manera significativa.
Esta situación es tan sólo uno de muchos ejemplos donde la necesidad de acceso universal a la salud se vuelve imperativa, destapando la inequidad que se vive alrededor de todo el país y el mundo, donde países ricos como Estados Unidos, España o Canadá, tienen a más del 70% de su población vacunada, pero Nicaragua, Liberia o Irak no alcanzan ni el 10% de sus habitantes protegidos. Situación que sucede por la distribución inequitativa de vacunas a nivel mundial.
La Dra. Ana Laura comenta que “La evidencia que se tiene hasta el momento indica que el cambio epidemiológico va a venir cuando el 70% de la población total esté inmunizada.” Esta afirmación se ejemplificó en la comunidad de Reforma, donde una parte de la población ya se había vacunado previamente, y al enfrentar la tercera ola de contagios en julio de 2021, tuvo una tasa muy baja de casos positivos de COVID-19.
Aunque fue una pequeña parte de la población la que tuvo la confianza para acudir a vacunarse, esta campaña fue histórica para el equipo de Compañeros En Salud. “Todavía queda mucho trabajo por hacer, pero al final del día nos llena saber que podemos apoyar a personas que de otra manera no hubieran tenido acceso a vacunas.” comenta Mineo Yanome.