Gracias al apoyo de las trabajadoras comunitarias y auxiliares de salud, las puertas de la atención clínica siguen abiertas. La colaboración entre organizaciones de la sociedad civil y autoridades locales es fundamental para continuar con la entrega de medicamentos y el acompañamiento a pacientes, en la medida de lo posible. En las comunidades donde la situación lo permite, las auxiliares de salud —trabajadoras comunitarias encargadas de proveer servicios en las unidades de atención— siguen atendiendo a las personas que lo solicitan, y las trabajadoras comunitarias continúan visitando hogares.
Con el objetivo de seguir presentes, a pesar de los desafíos, CES ha puesto en marcha un programa de telemedicina en cuatro comunidades, con el apoyo de un equipo multidisciplinario conformado por trabajadoras comunitarias, auxiliares de salud, enfermería y médicas.

Cortesía de Compañeros en Salud
Este programa ha permitido retomar el seguimiento de personas que viven con alguna enfermedad crónica (como diabetes o hipertensión), dar acompañamiento a mujeres embarazadas, y brindar consultas generales, entre otras acciones. Con la ayuda de las auxiliares, se realiza una evaluación a cada persona que acude a la clínica para determinar si su atención puede resolverse en comunidad, si requiere programarse una consulta por videollamada con personal de enfermería y/o medicina, o si es necesario trasladarse a Jaltenango para una valoración presencial.
Aunque es un paso importante, sabemos que nuestro compromiso con las comunidades no termina aquí. Seguiremos trabajando con el propósito de mejorar y extender este programa a todas las comunidades en las que trabaja CES.

Cortesía de Compañeros en Salud
A todas las trabajadoras comunitarias, auxiliares de salud y personal de enfermería que han sostenido la salud de sus comunidades en los últimos meses, queremos expresarles nuestro más profundo agradecimiento y admiración. Gracias por no rendirse, por estar allí cuando más se les necesita, y por recordarnos que, a pesar de todo, la salud es y siempre será un derecho humano.