Contracorriente: Dos pediatras en la Sierra de Chiapas
Zulema García y Azucena Espinosa son pediatras en Compañeros En Salud desde abril de 2022, pero su historia en Chiapas data de muchos años atrás, llenos de experiencias y hechos que las motivaron a volver.
Azucena fue pasante de medicina en la comunidad Laguna del Cofre en 2014, “hasta el momento, ha sido el mejor año de mi vida”, afirma. Cada año, Compañeros En Salud recluta a 10 pasantes de medicina y 10 pasantes de enfermería obstétrica y partería para realizar su servicio social en clínicas rurales de la sierra de Chiapas, un Hospital Básico Comunitario y una Casa Materna.
Para muchas y muchos de los pasantes que recibimos cada año, brindar servicios de salud en la sierra de Chiapas se convierte en un parteaguas para sus vidas. Los pasantes reciben supervisión constante y toman cursos mensuales de Salud Global y Medicina Social para brindar el mejor servicio a la población que atendemos.
Después de su año de servicio social, Azucena permaneció en Compañeros En Salud por varios años más como coordinadora del programa de Derecho a la Salud. Mientras apoyaba a sus pacientes se dio cuenta de una preocupante realidad: No había pediatras en la región.
Zulema comparte una historia similar: ella fue pasante de medicina en la comunidad Capitán Luis A. Vidal en 2015. Posteriormente fue coordinadora del programa de Acompañantes durante 2 años. Durante este tiempo de contacto cercano con comunidades rurales, se dio cuenta de la falta que hacían los servicios especializados en esta zona.
En México, los médicos especialistas se encuentran centralizados en lugares como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara, grandes urbes donde la infraestructura y el sistema de salud permiten que el acceso a servicios sea accesible. Pero en estados como Chiapas, uno de los más pobres del país, la realidad es distinta.
Chiapas es el estado de la república con menor tasa de médicos especialistas, siendo ésta del 35.9 por cada 100,000 habitantes, marcando una diferencia abismal con la Ciudad de México, cuya tasa es de 505.7. Para volver más complejas las cosas, en todo el estado existe un solo hospital público de especialidades pediátricas, y se encuentra en la capital. Cualquier persona fuera de Tuxtla Gutiérrez que quisiera acceder a un hospital así, tendría que viajar durante horas, o bien, optar por acudir al sistema privado, pero eso se convierte en un lujo para muchas poblaciones.
“A mí me motivó a regresar el hecho de poder acercar un servicio especializado a la población, y que ya no tendrán que viajar durante más de tres horas para llegar con un especialista” comenta Zulema.
Actualmente, ambas pediatras están desarrollando un plan de trabajo en colaboración con el Hospital Básico Comunitario Ángel Albino Corzo y el DIF Municipal, que incluye capacitaciones al personal de enfermería, ya que este equipo es una piedra angular para la atención a los pacientes de la región. Otro de los objetivos de estas intervenciones es descentralizar la información entre personal de salud, y disminuir las brechas de atención para los pacientes.
Aunque el plan de brindar atención pediátrica en Chiapas ha ido avanzando, ellas reconocen que ser especialistas en una zona rural es un gran reto. Desde enfrentarse a una infraestructura hospitalaria distinta, hasta aceptar el hecho de que hay factores externos fuera de su control que afectan en la recuperación de un niño.
“Los padres se nos acercan y nos dicen que en otros tiempos y en otras circunstancias no hubieran tenido ninguna opción para darle tratamiento a sus niños” cuenta Zulema, y esto es lo que hace que valga la pena estar haciendo todo lo que está en sus manos, con toda la pasión y el amor posibles.
Para Azucena, otra gran motivación es sentirse acuerpada por la organización en la que trabaja. “Es como una familia que comparte la misma visión, la misma pasión que tú, y que no te abandona – y esto es un constante recordatorio de por qué estoy aquí”.