Partería Profesional en México: Preservando una tradición ancestral
En Casa Materna, parteras profesionales proveen atención humanizada
En México existen 15,000 parteras tradicionales, 100 parteras profesionales y 16,684 licenciadas en enfermería y obstetricia, no obstante, el trabajo de estos importantes elementos en la salud sigue sin ser debidamente reconocido muchas veces.
Durante muchos años, la partería en México se ha comprendido como un don del que gozan algunas mujeres, ya sea desde que nacen, o en la adultez, cuando los caminos en su vida las van guiando a este destino.
“La partería es un patrimonio cultural, o al menos así debería considerarse; el conocimiento que tienen las parteras es increíble, es casi como hacer magia” dice Adriana Fabián, una partera profesional de 22 años proveniente de Oaxaca, quien actualmente está realizando su servicio social en la Casa Materna de Jaltenango, Chiapas, con Compañeros En Salud.
Mediante con el programa de Salud Sexual y Reproductiva, Compañeros En Salud colabora con la secretaría de salud para atender partos de manera respetuosa y humanizada en Casa Materna, en conjunto con pasantes de la Licenciatura en Enfermería y Obstetricia, y ahora, con pasantes de Partería Profesional.
“Cada mujer es mi maestra”
Desde los inicios de su carrera, Adriana se dio cuenta de las diferencias en el trato a pacientes durante el parto en hospitales y con parteras. No tomó mucho tiempo para identificar este vínculo tan íntimo y personal que construyen las parteras tradicionales y profesionales con las mujeres en el proceso de dar a luz, ya que también piensa que aprende algo nuevo de cada mujer a la que atiende. “Cada mujer es mi maestra” afirma.
Sin embargo, la partería es un tesoro en peligro de extinción: cada vez hay menos parteras, son menos reconocidas, y se enfrentan con más problemas para desarrollarse profesionalmente. Adriana comparte historias de algunas de sus compañeras de la universidad y de cómo muchas veces son amenazadas verbalmente por personal clínico en distintas instituciones, obligándolas a dejar de laborar y buscar nuevas oportunidades.
Durante el periodo más crítico de la pandemia de COVID-19 en México, muchas parteras tradicionales y profesionales que llevaban tiempo en pausa volvieron a atender partos. Esto fue debido a que varios hospitales y clínicas cerraron, y muchas mujeres volvieron a interesarse en tener partos en casa, y las parteras atendieron a este llamado.
Una tradición ancestral
“Para cambiar el mundo, hay que cambiar la manera de nacer.” Adriana menciona esta frase de Michel Odent, “Lo que más me gusta de estar con Compañeros En Salud es este modelo de parto respetuoso que se ha implementado en Casa Materna, pues las mujeres tienen el control de elegir la manera más cómoda de dar a luz. También me siento agradecida de tener la guía de mis supervisoras y el acompañamiento de mis compañeras pasantes de enfermería, puedo aprender de todas.”
“A veces cuando las mujeres a las que estoy atendiendo se enteran de que soy partera se sorprenden porque soy muy joven,” comenta Adriana, “la mayoría de las parteras tradicionales reconocidas rondan los 50 años porque ya tienen mucha experiencia.”
Atender un parto requiere de una conexión profunda entre la persona que brinda la atención y quien está dando a luz. Se trata de un vínculo que muchas veces no puede explicarse con palabras, pero que está allí presente, expresando un cuidado incondicional hacia la otra persona, sin importar de dónde viene o a dónde, va, sino por el simple hecho de que todos somos humanos.