Un nuevo sentido para Rusbin
2.4 millones de mexicanos son sordos, y de éstos, 84,957 son niños menores de 14 años. La sordera supone una gran barrera de comunicación, educación y desarrollo para muchísimos mexicanos; estas dificultades se potencian cuando estas personas viven en zonas marginadas, de bajos recursos y difícil acceso a servicios médicos de calidad.
Cuando Carmela Sánchez dio a luz por primera vez, no se imaginaba las dificultades por las que tendría que pasar. Fue cuando su hijo Rusbin cumplió un año, que Doña Carmela y su esposo, quienes viven en la Sierra Madre de Chiapas, se dieron cuenta de que algo no iba bien. Rusbin no hacía caso cuando le hablaban, no reaccionaba a los ruidos a su alrededor, y conforme fue pasando el tiempo, notaron que se estaba quedando atrás para decir sus primeras palabras, comparado con otros niños de su edad.
Sin saber qué estaba pasando y ante las dudas y preocupación, Doña Carmela y su esposo llevaron a Rusbin al médico y llegó la hora de la verdad: Rusbin era sordo.
Los padres de Rusbin no sabían cómo reaccionar en un inicio, no esperaban encontrarse con una dificultad de este tipo y no tenían idea de cómo enfrentarla en la pequeña comunidad donde viven, llamada Laguna del Cofre, sin embargo, han criado a Rusbin con todo el cariño que tienen, y han luchado por mejorar su calidad de vida.
Durante varios años buscaron diferentes tipos de apoyo para conseguir que Rusbin obtuviera aparatos auditivos que le ayudaran a poder escuchar un poco y así comunicarse mejor, pero el proceso siempre era tardado, les pedían papeles y documentos y jamás se concretaba una cita. Además, conseguir aparatos auditivos significaba viajar constantemente alrededor de 5 o 6 horas hasta Tuxtla Gutiérrez, gastar dinero en pasaje, hospedajes y comida, y descuidar el trabajo y a los demás hijos de Doña Carmela. Se presentaron muchas barreras al tratar de conseguir ayuda para Rusbin, pero no perdían la esperanza.
Fue entonces que se encontraron con Compañeros En Salud
Un día, los padres de Rusbin lo llevaron a la clínica de Laguna del Cofre, donde laboran médicos(as) pasantes en servicio social, en colaboración con Compañeros En Salud. La Dra. Magaly Montaño realizó una hoja de referencia para atender a Rusbin en una clínica en Tuxtla Gutiérrez con ayuda de nuestro programa de Derecho a la Salud.
El programa de Derecho a la Salud funciona como un vínculo entre las clínicas rurales con las que trabajamos en CES, y otros hospitales de segundo o tercer nivel, con el objetivo de asegurar que todos los pacientes obtengan un servicio médico de calidad, y eliminando las barreras de acceso – tales como transporte, alimentos y alojamiento – que las personas enfrentan al tratar de conseguirlo y aliviar el sufrimiento.
Rusbin fue acompañado por su papá, pasaron la noche en Jaltenango, en la casa que Compañeros En Salud ofrece para que los pacientes duerman el día anterior a sus viajes a Tuxtla sin costo alguno, y posteriormente, saliendo muy temprano por la mañana fue acompañado por Uver López, uno de nuestros conductores y la Dra. Lorena Ponce de León, Coordinadora del programa de Derecho a la Salud, a que le tomaran moldes de sus orejas para elaborar los aparatos, y unas semanas después, regresaron al Tuxtla para recogerlos.
“Cuando Rusbin se puso los aparatos por primera vez, estaba muy sorprendido. Se ponía a aplaudir porque le gustaba lo que podía escuchar. Ahora está más alerta, lo veo sonreír, y esto ayuda a que pueda convivir con otros niños de su edad” comenta Doña Carmela.
“Gracias a Compañeros En Salud por habernos apoyado, por acompañarnos en todo momento, el proceso fue muy rápido y antes nunca pensamos que podríamos obtener este tipo de apoyo, porque es carísimo y nosotros no tenemos los recursos necesarios. Muchas gracias por estar con nosotros”.