Cuando las enfermeras se convierten en las mejores aliadas: perspectivas de pasantes de medicina

Foto tomada por la Dra. Nadia SánchezLa enfermera Mónica Sofía Córdova Roblero lleva una hielera con vacunas mientras realiza visitas domiciliarias en las comunidades que se encuentran en Capitán Luis A. Vidal, un pequeño municipio rural de Chiapas.

Foto tomada por la Dra. Nadia Sánchez

La enfermera Mónica Sofía Córdova Roblero lleva una hielera con vacunas mientras realiza visitas domiciliarias en las comunidades que se encuentran en Capitán Luis A. Vidal, un pequeño municipio rural de Chiapas.

Mónica Sofía Córdova Roblero no es de las que presumen sobre el trabajo que hace. Desde que era pequeña, ella deseaba cuidar a los demás. Ese deseo se convirtió en un título de enfermería hace 20 años. Ha trabajado casi desde entonces en la clínica de Capitán Luis A. Vidal, una comunidad rural en la Sierra Madre de Chiapas, donde ella creció.

En su trabajo, ella ha viajado hasta 20 kilómetros en un solo día, a pie o en burro, subiendo y bajando el terreno montañoso, y cruzando ríos para visitar a sus pacientes en sus casas. Ha vacunado a los niños, ha estado pendiente de las mujeres embarazadas y también ha identificado a pacientes con tuberculosis y les ha conseguido tratamiento. Esto debería ser el trabajo de un equipo completo de personal de salud, pero por muchos años ella había hecho la mayor parte por sí misma. De vez en cuando recibía ayuda de médicos que pasaban sólo unas semanas en la comunidad antes de pedir ser trasladados a un sitio menos remoto.

En honor a su servicio sobresaliente, Mónica fue galardonada con el premio nacional Lucía Salcido por el presidente de la república y la Secretaría de Salud en un ceremonia en la Ciudad de México en el 2015. Mónica fue una de las 12 personas reconocidas por sus esfuerzos.

Mónica dice que no podía creerlo cuando le informaron que ella había ganado el premio, pues consideraba que otros candidatos tenían más educación, especialización y experiencia.

Pero la Dra. Nadia Sánchez lo podía creer. “Ella merece el premio”, dice Nadia, quien fue pasante en aquel entonces con Compañeros En Salud. Fue Nadia y la supervisora de Mónica del IMSS quienes la nominaron. “El premio no toma en cuenta dónde uno estudia, o si es muy especializada. Es un reconocimiento a su trabajo y a su esfuerzo.

“No había habido un médico constante de tiempo completo en la comunidad de Capitán antes de que yo llegara”, dice Nadia, quien se encuentra entre los más de 50 pasantes de CES que han trabajado al lado de las enfermeras en comunidades rurales de Chiapas durante su año de servicio social. Nadia explica que, hasta que llegaron los pasantes de CES para apoyarla, Mónica frecuentemente había tenido que hacer el trabajo, tanto de médico, como el de enfermera.

Poco después de terminar sus exámenes en Tapachula, Mónica se casó y se mudó a Capitán, donde ha servido por más de 15 años. Toma signos vitales en la clínica, lleva a cabo campañas de vacunación, ayuda a los pasantes de CES con consultas, les acompaña durantes visitas a las cinco comunidades cercanas, y mucho más.

“Ser un proveedor de salud en la sierra de Chiapas a veces incluye complicaciones insólitas para la provisión de servicios de salud”, dice el Dr. Francisco Guadarrama, otro pasante de CES que llevó a cabo su servicio social en la comunidad de Capitán. “Ya sea conseguir gasolina para alimentar al generador que mantiene frías las vacunas, traer agua tibia para bañar a un bebé que no alcanzó a llegar al hospital o conseguir flores para improvisar un dispositivo de rehabilitación para pacientes amputados, Moni—como la llamamos afectuosamente—resolvía lo necesario para que sus pacientes estuvieran bien. Aunque ha recibido reconocimientos formales muy importantes, como el Premio Nacional Lucía Salcido, para Mónica lo importante no son los papeles, sino las muestras de agradecimiento espontáneo que recibe por su trabajo comprometido, responsable y generoso”.

Mónica ha enseñado a estos médicos jóvenes cómo atender a los pacientes lejos de un gran hospital urbano y a estar siempre dispuestos a brindar atención, sin importar qué hora sea.

"No importa que sea muy tarde por la noche o las tres de la mañana", dice Nadia. "Ella siempre está disponible".

Los pasantes también dicen que Mónica ha sido esencial para su integración en la comunidad y para entender el contexto en el cual viven y trabajan.

“Entender los determinantes sociales, así como las costumbres de la comunidad, era esencial para dar un servicio intercultural que incluyera la voz de los pacientes y sus familiares. Siendo foráneo, es difícil entender esta complejidad. Sin embargo Mónica me ha ayudado desde el inicio de mi pasantía”, dice el Dr. Alejandro Pacheco, el pasante de CES que actualmente vive y trabaja en Capitán. “Muestra para mí de amor es brindar una atención de calidad y calidez, con una preocupación genuina por el bienestar de nuestra gente. Por su fuerza, su empeño, su lucha, su esfuerzo, su apoyo y su tiempo, admiro y aplaudo su gran labor”.

“Recuerdo algunos momentos difíciles cuando yo fui pasante y cómo sin su ayuda habría sido muy difícil superarlos”, dice el Dr. Francisco. “En los momentos difíciles, Mónica estuvo ahí. Su guía, paciente y cariñosa, representa las mejores cualidades de una enfermera que reconocemos hoy, en su día: Moni, ¡muchas felicidades¡”

El Dr. Francisco Guadarrama, la enfermera Mónica Sofía Córdova Roblero, y el Dr. Alejandro Pacheco frente a la clínica en Capitán Luis A. Vidal.

El Dr. Francisco Guadarrama, la enfermera Mónica Sofía Córdova Roblero, y el Dr. Alejandro Pacheco frente a la clínica en Capitán Luis A. Vidal.