En zonas rurales de Chiapas, personal de salud brinda cuidados ante la pandemia

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La respuesta ante COVID-19 para fortalecer los sistemas de salud

Cuando el COVID-19 llegó a México en febrero del año pasado, mucho del personal de salud se encontró ansioso y sorprendido ante la gran ola de caos que inminentemente llegaría. La pandemia no llegaría a Chiapas sino hasta un mes después, e incluso así, el número de casos positivos se mantuvo muy bajo por varias semanas. Pero los médicos sabían que lo peor estaba por llegar, era sólo cuestión de tiempo.

“La pandemia tardó bastante en llegar a Jaltenango,” dice la Dra. Selene Chacón, Coordinadora de Prevención y Control de Infecciones en Compañeros En Salud.

Cuando el virus llegó, se encargó de llegar a todas las comunidades donde trabajamos. A finales de marzo, el número de casos dio un salto hacia los dobles dígitos, para después superar los 1,000 casos en mayo. Para junio, la oleada más grande de casos llegaría; Chiapas estaba en semáforo rojo de acuerdo la semaforización de la Secretaría de Salud.

Desde el instante en que llegó, el COVID-19 puso a prueba nuestros sistemas de cuidado a nuestros pacientes, retando a médicos, enfermeros y nuestros distintos programas de atención primaria para pensar con rapidez en respuesta a una pandemia que no tenía intenciones de detenerse.

En fotografía, la Dra. Esmeralda Donají durante una guardia nocturna encargándose de recibir nuevos pacientes con síntomas respiratorios y dando de alta a quienes se estabilizan.Fotografía: Paola Rodríguez | Compañeros En Salud

En fotografía, la Dra. Esmeralda Donají durante una guardia nocturna encargándose de recibir nuevos pacientes con síntomas respiratorios y dando de alta a quienes se estabilizan.

Fotografía: Paola Rodríguez | Compañeros En Salud

Mientras que el número de casos positivos seguía aumentando, nuestro personal clínico daba cuidados y tratamiento a sus pacientes día y noche, ya sea durante su recuperación, o mientras luchaban por sus vidas.

Estos cuidados han dejado su impacto. Aunque el número da casos aumenta de nuevo en una segunda oleada de casos, el personal de salud ahora está mejor preparado.

Mientras la lucha contra COVID-19 continúa, el equipo clínico está mejorando su nivel de experiencia para responder con cuidados compasivos, aplicando lo que han aprendido durante los pasados meses. Su trabajo ha dejado una cosa clara: es crucial invertir en salud pública para responder a una pandemia y demás enfermedades por venir.

Una bomba de tiempo

Después de terminar la carrera de medicina, Selene Chacón tomó un salto de fe al venir a la sierra de Chiapas para hacer su servicio social con Compañeros En Salud.

El programa de pasantía colocó a Selene en la comunidad de La Soledad, donde durante un año, se encargó de una clínica de atención primaria mientras recibía capacitación constante por parte de médicos especialistas. Selene se entregó tanto a su misión, que una vez terminado su servicio, decidió quedarse en Jaltenango para continuar atendiendo pacientes.

Fue entonces que el COVID-19 llegó.

Actualmente contamos con pruebas rápidas de antígenos, lo que nos permite tener una visión más rápida y eficiente de la situación de nuestros pacientes.Fotografía: Paola Rodríguez | Compañeros En Salud

Actualmente contamos con pruebas rápidas de antígenos, lo que nos permite tener una visión más rápida y eficiente de la situación de nuestros pacientes.

Fotografía: Paola Rodríguez | Compañeros En Salud

Lo que siguió, fue una larga carrera para responder a una emergencia de salud pública día a día. Mientras el número de casos subía, el equipo clínico usaba los recursos que tenía para tratar de mantenerse al margen, y tenía dificultades para hacerlo con una enfermedad que avanzaba tan rápido.

“No había mucha información en ese momento ni lineamientos de cómo tratar a los pacientes,” comenta la Dra. Ana Laura Rodríguez, Coordinadora del Equipo Médico Hospitalario en el Centro de Enfermedades Respiratorias con Compañeros En Salud. “Los protocolos estaban basados en información muy nueva.”

Nada de esto detuvo a los médicos y enfermeros. Tomando su nuevo rol como Coordinadora de Prevención y Control de Infecciones, la Dra. Selene entró en acción trabajando con su equipo para establecer un sistema de triage en el hospital y clínicas para coordinar una respuesta ante la pandemia. Mientras tanto, la Dra. Ana Laura se encargó de coordinar el tratamiento a pacientes, capacitaciones a médicos y atención y cuidados para los pacientes en el Centro de Enfermedades Respiratorias de Jaltenango.

Ninguna de estas actividades era nada sencilla.

Tener acceso a servicios de salud puede ser un verdadero reto en un lugar como Chiapas, donde una gran parte de la población vive en pobreza o en áreas rurales lejanas a hospitales y clínicas, y los traslados son costosos además de riesgosos.

Estamos juntos en esto

A pesar de los obstáculos, Compañeros En Salud ha logrado atender a cada vez más pacientes en los últimos meses, ya que los recursos, personal y capacidad eran mayores. Desde el mes de abril, nuestro equipo ha atendido a por lo menos a 526 casos sospechosos y 16 confirmados en las clínicas comunitarias y el hospital.

En junio se inauguró el Centro de Enfermedades Respiratorias (CER) en Jaltenango, Chiapas. Una instalación con 5 camas y concentradores de oxígeno para tratar a pacientes con síntomas graves de COVID-19, algo que antes les hubiera costado a los pacientes un viaje de 2 horas hasta el hospital más cercano. En tan sólo semanas, el CER comenzó a ver a sus primeros pacientes y los ayudó a recuperarse para poder volver a salvo con sus familias.

Compañeros En Salud también ha trabajado en una política que permite a los familiares de algunos pacientes visitar a sus seres queridos en el Centro de Enfermedades Respiratorias con el equipo de protección personal necesario, convirtiéndonos en una de las pocas instalaciones que hacen esto. Este cambio ha sido de gran impacto para ayudar a los pacientes a recuperarse y luchar contra el estigma y la desinformación que aún existen acerca del virus.

De izquierda a derecha: David Montes (médico), Ana Laura Rodríguez (médico), Sebastián González (enfermero) y Adriana Vázquez (enfermera) en sus labores diarias en el Centro de Enfermedades Respiratorias.Fotografía: Paola Rodríguez | Compañeros En S…

De izquierda a derecha: David Montes (médico), Ana Laura Rodríguez (médico), Sebastián González (enfermero) y Adriana Vázquez (enfermera) en sus labores diarias en el Centro de Enfermedades Respiratorias.

Fotografía: Paola Rodríguez | Compañeros En Salud

“Los pacientes ya tienen más información y menos estigma,” dice Ana Laura.

Ella ha visto esto de primera mano. Hoy en día, los pacientes acuden a la clínica desde temprano, cuando los síntomas aún son leves, en lugar de esperar a que empeoren. Esto le da esperanza al equipo clínico, pues la gente ya aprendió cuándo buscar ayuda.

“En CES ya estamos más preparados,” dice Selene. “Ya tenemos experiencia, y eso es una gran fortaleza.”

Aún así, ambas doctoras recomiendan precaución. “No podemos bajar la guardia, y seguirán habiendo picos. Se necesita continuidad y que la gente sepa que seguimos aquí y estamos juntos en esto.”