Cumplir sueños, romper barreras, y posicionar la enfermería: La historia de Cecilia Gálvez
Cecilia Gálvez creció en Salvador Urbina, una comunidad de 600 habitantes en la región Frailesca de Chiapas, México. “Cuando yo era niña, mi mamá y yo caminábamos durante 2 horas hacia Querétaro, la comunidad más cercana a nosotras, para ponerme vacunas, porque en mi comunidad no había servicios de salud. Desde esos momentos creció en mí la idea de que quería ser enfermera,” nos cuenta. Mientras fue creciendo, se dio cuenta de que todas las personas en su comunidad tenían que seguir ese mismo camino para poder tener servicios de salud, y se imaginó a sí misma apoyando en su comunidad para que ya no tuvieran que viajar a otros lados cuando se sentían enfermos.
En 2014, se construyó una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social en Salvador Urbina, y Compañeros En Salud comenzó a trabajar en la comunidad también. Cecilia no dudó en convertirse en Auxiliar de Clínica para realizar el triage de pacientes, realizar visitas domiciliarias a pacientes con enfermedades crónicas, clasificar medicamentos en la farmacia, realizar curaciones, entre otras actividades – esta labor la hizo durante tres años, y al mismo tiempo fue Acompañante por un año.
El camino apenas se iba construyendo para Cecilia, cuando decidió romper barreras y entrar a la escuela de enfermería en Tuxtla Gutiérrez, a 4 horas de su comunidad. Esta decisión implicaba tiempo, esfuerzo y recursos – ella tenía que viajar cada viernes hacia Jaltenango de la Paz, pasar la noche en la ciudad, viajar hacia Tuxtla Gutiérrez los sábados antes del amanecer, tomar clases durante el día y regresar los domingos de nuevo a Salvador Urbina, para trabajar de lunes a viernes en la clínica.
Este no fue el único esfuerzo que tuvo que hacer para lograr su sueño, “Tuve que romper varias barreras en mi comunidad, pues aquí se acostumbra que la mujer se quede en casa para cuidar de su familia,” cuenta Cecilia, “pero a mí no me importó si me criticaban o me señalaban por estudiar… desde pequeña veía el machismo y la violencia contra las mujeres, y yo no iba a continuar con eso.” El machismo sigue presente en las comunidades de la Frailesca de Chiapas, y Cecilia, como muchas otras mujeres, luchan cada día para romper estereotipos, eliminar los roles de género, y caminar más cerca de la justicia social.
Al terminar la carrera, Cecilia trabajó como enfermera comunitaria en Compañeros En Salud, y desde 2020 es supervisora clínica, brindando mentoría a pasantes de enfermería y medicina que cursan su año de servicio social en las clínicas rurales de las comunidades con las que trabajamos. “He ido creciendo profesionalmente y como líder apoyando a mi equipo,” comenta. Actualmente se está implementando el rol ampliado de enfermería, que desarrolla las capacidades clínicas, incentiva la toma de decisiones y autonomía del personal de enfermería. “Antes dependíamos mucho de los médicos, ellos eran quienes tomaban las decisiones y tenían la voz que era escuchada,” dice, “pero ahora estamos tomando en cuenta a la enfermería y validándola con la importancia que tiene, porque las enfermeras también tienen los conocimientos para tomar decisiones y atender a pacientes.” Para Cecilia, este camino es primordial, pues dignifica y reconoce el arduo y apasionado trabajo del personal de enfermería, y posiciona a esta profesión como agentes de cambio de perspectivas y paradigmas en el mundo clínico – un mundo donde las jerarquías no existan, y las enfermeras sean reconocidas por la calidad e importancia de su trabajo.
“Lo que más disfruto es estar en las comunidades y conectar con las personas,” cuenta Cecilia, “poder escuchar las historias de los pacientes y ver cómo van mejorando…” Ella cuenta con el apoyo y confianza de comunidades enteras, quienes la respaldan y abrazan en su trabajo diario – un cuidado mutuo y colectivo.